
Alberto Lovera
Tratamiento agresividad
La rabia o la ira, muchas veces es explosiva, es una energía muy poderosa que sientes en tu cuerpo y, a menudo, es tan potente y rápida que te controla y dices o haces cosas que después te hacen sentir mal.
Las terapias tradicionales abordan la ira con tácticas como contar hasta 10, respirar profundamente, etcétera, orientadas a ganar tiempo para conseguir que tu respuesta sea adecuada. El problema de este enfoque es que se necesitan al menos 20 minutos para que la adrenalina segregada por la ira disminuya, a veces puede llevar horas o días. Estas terapias son un proceso lento de aprendizaje para reaccionar de forma diferente, que dependen en gran medida de la práctica constante y del refuerzo positivo.
En mi terapia aplico unas técnicas específicas a medida de la personalidad de cada cliente para lograr desarmar la ira destructiva. Al finalizar el proceso sentirás la energía de la ira, pero ya no te desbordará, estarás al mando y elegirás la respuesta más adecuada. Entenderás qué necesidades no satisfechas se manifestaban con la rabia y podrás darles la respuesta adecuada que elijas.
Mi tratamiento es eficaz para las personas que expresan su ira abiertamente y las que la reprimen. Los sentimientos que a veces enmascaran la ira, como la tristeza o la ansiedad, también se resuelven. Además, la salud mejora debido a que los sistemas corporales dejan de estar constantemente inflamados por la adrenalina debido a la rabia.
Este proceso dura un mes aproximadamente. Su enfoque es único porque actúa directamente con el sistema límbico y la respuesta de lucha y huida, ofrece una intervención terapéutica para la ira que es elegantemente sencilla, sorprende por su rapidez, es muy eficaz y permanente.