El duelo es una de las experiencias más dolorosas por las que podemos pasar en la vida. Y cuando se trata de duelo patológico se vive con mayor intensidad aún, y superar el fallecimiento de una persona cualquier otra pérdida se vuelve mucho más complicado.

Cuando un ser querido fallece experimentamos emociones negativas que nos impiden tener la libertad emocional que necesitamos para sentirnos bien con nosotros mismos y con quienes nos rodean. Y si su fallecimiento ha sido traumático (muerte por accidente laboral, doméstico o de tráfico, por enfermedad, por una catástrofe, un atentado, por suicidio o un asesinato, etc.) el dolor que sentimos es superior al dolor que sentimos ante una muerte anticipada; por ejemplo de una persona muy anciana que está enferma.

Si el dolor ante la pérdida de una persona amada se manifiesta semanas o meses después de su fallecimiento, y no consigues superar su muerte. Si no te permite avanzar y eres incapaz de retomar tu vida normal. Si tienes pesadillas, alucinaciones, te sientes fuera de ti mismo y piensas que vas a morir de la misma forma que esa persona y eso te genera miedo o ansiedad. Si no eres capaz de deshacerte de sus cenizas o necesitas visitar constantemente su tumba en el cementerio, yo puedo ayudarte a superarlo para que puedas resolver tus emociones, concluir los asuntos pendientes y cerrar el duelo de una forma amable y compasiva.